COMPETENCIAS BáSICAS: CREATIVIDAD
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La creatividad podemos definirla como la habilidad de producir obras que son a su vez, novedosas (originales, inesperadas) y apropiadas (útiles), siendo fruto de una capacidad del individuo para aproximarse a los problemas mediante nuevas formas de solución. La creatividad tiene especial relevancia en los ámbitos siguientes: personal (solución de problemas de la vida real) social (invenciones) y empresarial (la innovación como forma de diferenciación frente a la competencia).
Es importante no confundir la creatividad, que es una competencia emocional y cognitiva de amplio espectro, con la innovación que es la creatividad aplicada a un nuevo producto o servicio que se lanza al mercado, o la creatividad aplicada a un proceso interno de la empresa que lo hace más eficiente.
Para que esta capacidad esté presente de forma óptima deben de confluir una serie de recursos en el individuo como:
1.- Habilidades intelectuales. A su vez dentro de éstas, destacan tres habilidades importantes:
- Habilidad sintética: nos permite percibir los problemas con nuevas perspectivas y escapar de los límites del razonamiento convencional.
- Habilidad analítica: nos ayuda a discernir si una idea merece ser desarrollada o desechada.
- Habilidad contextual práctica: nos permite persuadir a otros de la conveniencia de apostar por una idea.
2.- Conocimiento. Es necesario una buena base de conocimiento sobre un campo determinado, para poder realizar alguna contribución nueva de valor.
3.- Estilo de pensamiento. La persona debe tener la capacidad de pensar en posibles alternativas de solución a los problemas que sean nuevas y buenas.
4.- Personalidad. Algunos rasgos de personalidad se asocian particularmente con la creatividad, por ejemplo, la apertura mental y sus 6 dimensiones:
- Fantasía: tendencia a tener una fantasía muy activa.
- Estética: apreciación por el arte y la belleza.
- Sentimientos: receptividad a los sentimientos.
- Acciones: tendencia a cambiar de actividades.
- Ideas: intereses intelectuales y apertura a nuevas ideas.
- Valores: disposición a cuestionar o reflexionar sobre los valores sociales, políticos y religiosos.
5.- Motivación intrínseca. La habilidad del individuo para encontrar placer o disfrute trabajando en aquellas actividades donde desarrollan sus talentos y potenciales. Si una persona no disfruta con lo que hace, difícilmente podrá alcanzar estados de creatividad en el desempeño de sus tareas.
6.- Entorno. Puede favorecer que el individuo desarrolle su actividad siempre que valore y recompense la originalidad y creatividad.
En la práctica, existen varias herramientas que permiten desarrollar la competencia de creatividad; por ejemplo, los llamados mapas mentales -técnica gráfica que explota las capacidades de percepción (colores, figuras), asociativas y de imagen de nuestro cerebro para resolver problemas o aumentar el aprendizaje-.
Existen varios estudios que indican que la creatividad está directamente relacionada con la intuición, que emana del cerebelo y pasa a la conciencia del individuo a través del hemisferio derecho. Las características propias del funcionamiento de este hemisferio, más global, visual, sintetizador y no intelectivo, propicia el desarrollo de procesos mentales holísticos (más globales).